Los cálculos renales y la dieta de proteínas


Cálculos renales y dieta de proteínas

Conocemos la importancia de las proteínas como parte fundamental de nuestra alimentación. Sabemos que son biomoléculas constituidas por la unión lineal de aminoácidos y equivalen a un 80% del peso de la materia seca del cuerpo, cumplen funciones estructurales, de regulación e incluso son parte esencial de sistema inmunológico. Pero, ¿podría el consumo de proteínas causar algún tipo de daño en nuestro cuerpo?



composición del cuerpo humano, agua, proteínasLas proteínas que hacen parte de nuestra dieta, las obtenemos de alimentos de origen vegetal y animal,  que se consumen porque aportan aminoácidos esenciales que son requeridos para que nuestro organismo sintetice sus propias proteínas. Para garantizar el metabolismo basal, éstas pueden ser utilizadas como reserva energética en el caso de que ya se haya agotado la glucosa, el glucógeno y los lípidos almacenados en los diferentes tejidos. Bajo esta perspectiva, se ha sugerido una dieta como alternativa para combatir el sobrepeso, que consistiría en restringir la ingesta de carbohidratos y lípidos e incrementar la de proteínas, con lo que el cuerpo se vería obligado a consumir las reservas de carbohidratos y lípidos sin recurrir a las proteínas endógenas.


Esta práctica podría eventualmente ayudar a bajar el peso corporal, pero principalmente por la deshidratación provocada por el incremento de osmolaridad sanguínea y el esfuerzo renal por eliminar los solutos derivados del metabolismo proteico, y realmente muy poco, relacionado con la degradación de los lípidos. En contraste, los efectos metabólicos del exceso en el consumo de estos alimentos, provoca consecuencias directas sobre el pH sanguíneo, el almacenamiento del calcio y la función renal, que son más importantes que la regulación del índice de masa corporal.

Acídosis por consumo de proteínas

El uso de aminoácidos provenientes de las proteínas ingeridas, como fuente de energía para los procesos biológicos, incrementa la concentración de ácido úrico, derivado de la degradación de purinas, y de urea, como resultado del metabolismo del ion amonio. El ácido úrico puede superar la capacidad amortiguadora del cuerpo, provocando un proceso de acidosis metabólica cuya consecuencia directa es la descalcificación ósea, ya que en procura de la neutralización de la acidez, los huesos liberan fosfatos y con ellos iones de calcio. El problema de la hipercalcemia resultante, tiene que ver con la sobrecarga renal, ya que se debe eliminar el exceso de calcio para mantener la homeostasis y adicionalmente también eliminar una cantidad superior de ácido úrico y urea. Si la persona sometida a este tipo de dieta no se hidrata lo suficiente, el riñón sufrirá las consecuencias.

El riesgo de la filtración renal en condiciones de alta osmolaridad de solutos como el calcio y el ácido úrico, es la cristalización de estos minerales en las vías urinarias, que se ve acrecentada con la disminución del pH de la orina. La nefrolitiasis es una enfermedad que además de incómoda, puede resultar en un daño o cicatrización renal, que de no tratarse a tiempo requerirá de la intervención quirúrgica.

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Kidney stone by Kurt and Sybilia - Flickr

Dieta de proteínas y pérdida de densidad ósea

Por otro lado, la eliminación renal de calcio es un factor de riesgo a tener en cuenta, sobre todo en personas con mayor probabilidad de osteoporosis, como es el caso de las mujeres en edad adulta, que debido al desequilibrio hormonal característico de la menopausia, presentan reducción de la densidad ósea. Los hombres no se escapan a esta problemática, ya que después de los 65 años, tanto hombres como mujeres pierden calcio a la misma velocidad, debido a la disminución en la capacidad de absorción de calcio proveniente de la dieta. Otros factores que influyen en la desmineralización de los huesos son el tabaquismo y sedentarismo.

Prevenir con una dieta equilibrada, agua y ejercicio físico

Una dieta desequilibrada, con un alto consumo de proteínas como es común en nuestra sociedad actual, puede ocasionar consecuencias metabólicas importantes. Estos problemas se pueden prevenir si en la dieta se incluyen alimentos que garantizan un aumento del pH sanguíneo, tal es el caso de las frutas, verduras y lácteos. Adicionalmente, el consumo de agua ayuda en gran medida a la reducción de las concentración del ácido úrico, urea y calcio, facilitando el trabajo del riñón y evitando su cristalización (cálculos) en las vías urinarias. El ejercicio físico ha demostrado ser un aliado en el tratamiento y prevención de muchas enfermedades y en este caso también favorece al fortalecimiento de los huesos. La pérdida de peso obtenido por una dieta de este tipo, es realmente despreciable y mucho más cuando se compara con las consecuencias que se han explicado.

Todos los días se encuentran dietas que aparenta ser milagrosas y que proponen resultados asombrosos. Si el consumo excesivo de proteínas tiene serias consecuencias en nuestro organismo, creerías que  ¿una dieta alcalina podría ser beneficiosa?¿Qué consecuencias se podrían esperar de este tipo de alimentación?¿Qué ventajas ofrecen los vegetales a nuestra alimentación?¿El veganismo y vegetarianismo son realmente la mejor alternativa nutricional?

Otros recursos relacionados con este tema los encuentras en la página relacionada con el aparato digestivo y el aparato urinario Tu opinión es importante, de tus comentarios y sugerencias nacen grandes ideas, no dejes de compartirlos conmigo para que juntos logremos divulgar información de interés para muchas personas.

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